Imanol Amestoi firma algunos de los textos más sensibles quizá que se llegaron a publicar en 'El asno en globo' durante la década de los 80; a principios de la misma, sobre todo. Supe, por medio de sor Catalina, una hermosa toledana casi octogenaria, que el citado Imanol abandonó el sanatorio hacia 1995 para ser trasladado a una residencia en el valle de La Orotava. Parece ser, siempre según la entrañable madre salesa a quien tanto tengo que agradecer, que a su supuesta maltrecha mente acompañaba una salud física peor aún.
Investigué lo suficiente para saber que en 1998 había ganado un prestigioso premio de Literatura Erótica (ésta es una denominación que nunca ha dejado de sorprenderme, quizá porque nunca he creído que exista algo que se pueda llamar «Literatura Erótica»). Me llamó la atención este hecho, más que nada porque el tono y el contenido de los breves relatos editados en la revista del centro psiquiátrico de nuestro húmedo y nebuloso norte, no auspiciaban en absoluto la capacidad de creación de relatos del estilo de 'El armario'.
Cuando ganó el certamen, Imanol Amestoi contaba 78 años. Cualquier día tendré que coger un avión para tratar de entender por qué ese hombre «silencioso, alto y guapetón» que conoció sor Catalina dejó de escribir cosas como este Fuego que les dejo a continuación, para no sólo crear cuentos tan diferentes sino para también acceder a concursos con tan avanzada edad. Tengo la impresión de que, si algún día me atrevo a embarcar en algo que vuela, no dejaré de ir de sorpresa en sorpresa, como hasta ahora. Sólo sé que sigue vivo, que apenas habla y que siempre escribe, con caligrafía de monje del Císter, usando una estilográfica que le dura desde 1941, regalo de su padre, maestro republicano de Zi...
Investigué lo suficiente para saber que en 1998 había ganado un prestigioso premio de Literatura Erótica (ésta es una denominación que nunca ha dejado de sorprenderme, quizá porque nunca he creído que exista algo que se pueda llamar «Literatura Erótica»). Me llamó la atención este hecho, más que nada porque el tono y el contenido de los breves relatos editados en la revista del centro psiquiátrico de nuestro húmedo y nebuloso norte, no auspiciaban en absoluto la capacidad de creación de relatos del estilo de 'El armario'.
Cuando ganó el certamen, Imanol Amestoi contaba 78 años. Cualquier día tendré que coger un avión para tratar de entender por qué ese hombre «silencioso, alto y guapetón» que conoció sor Catalina dejó de escribir cosas como este Fuego que les dejo a continuación, para no sólo crear cuentos tan diferentes sino para también acceder a concursos con tan avanzada edad. Tengo la impresión de que, si algún día me atrevo a embarcar en algo que vuela, no dejaré de ir de sorpresa en sorpresa, como hasta ahora. Sólo sé que sigue vivo, que apenas habla y que siempre escribe, con caligrafía de monje del Císter, usando una estilográfica que le dura desde 1941, regalo de su padre, maestro republicano de Zi...
FUEGO
Sabía que su destino era el de acabar perdiendo la cabeza irrevocablemente. Era sólo cuestión de tiempo. Perder la cabeza, arder apasionadamente. Él podía sencillamente haber elegido a la otra pero no, no había sido así y ahora ardía presa en sus manos. Jugaba con ella, con la sutil habilidad que forjan los años... Sentía que, por momentos, no le llegaría el oxígeno y se consumía dócilmente, olvidándose de todo, enajenando su pasado, su nacimiento y sus primeros años cerca de las altas montañas del norte, sus azarosos viajes, el incierto peregrinaje hasta el dulce momento, el soñado instante en que llegó hasta él, irremediable romántico con dedos de prestidigitador amable. Sabía que acabaría perdiendo la cabeza y sabía, lo intuyó en el momento mismo de conocerle, apenas rozó el tacto tierno de sus yemas, sabía que terminaría por acercarla al entorno de sus labios para ofrendarle un suave aliento que la extinguiría en un destino arrebatador. Tendría una vida infinitamente más larga que la de sus hermanas y sería, no le cabía la menor duda, la envidia y la comidilla en el claroscuro y tibio cielo de las cerillas de madera, con su historia del venerable anciano fumador que odiaba los mecheros.
7 comentarios:
Vaya, que triste y que bonito a la vez. La verdad que todas o casi todas las personas somos un misterio y casi siempre indescifrable.
Paketetxoan, kutxatxoa eta kutxatxoan nerabezaroan erositako zilarrezko eraztun bat, solte, eta paper mutur bat. Ziur inoiz jakingo ez dugun arren, bertan "Catalina, el fuego no tiene ley" jartzen omen zuen.
Imanol Amestoik berehala antzeman zuen sarrerako azpilean zegoen paketetxo harek barruan bere arima hil zezakeen sugetzar pozoitsua zekarrela. Poxpoloa hartu eta su eman zion amorruz. Harrez gero, Imanolek berak galdu zuen burua, Imanol bera izan zen pasioak sutu zuena.
Suaren kontu hau dela-eta, ipuin laburra idaztea pentsatu dut esaera zaharren balantzan jolasean arituz (denbora luzeagoa beharko dut) baina hona adibidetxo bat (Cuencarantz begira jarraitzen dut):
Lehenengo maitea, sua eta eztia izan ziren baina erleak eztena eta eztia dituen moduan, ez da surik ke gaberik. Kea...kea joan eta ez zen etorri gehiago...hobe bakoitzak bere opilari su ematea,pentsatu zuen Cuencako gizontxoak, ezen urruneko suak ez baitu erretzen.
Délicieusement troublante ton Armoire Joseba....et émouvante aussi je t'en remercie une fois de plus.
Qui n'a pas eu de liens au-delà des purement familiales avec un cousin, me jette la première pierre...
Il me vient à la mémoire un "récit-rêve" un peu osé que j'avais envoyé..certainement trop tard quand au destinataire, car je n'ai plus eu de ses nouvelles, ni du "récit-rêve" non plus, c'était le premier et ce sera le dernier sans aucun doute..
Mille bisous Joseba, de la part de Selmatxu!
PD: Je voulais dire "... RELATIONS au-delà des purement familiales" au lieu de LIENS, d'où la faute d'orthographe...
No sé si indescifrables o no pero seguramente todos llevamos nuestra carga críptica encima, generalmente para los que más cerca de nosotros están. Y... ¿quién no ha querido alguna vez cumplir su felicidad como la cumplían las antiguas cerillas, aunque breve? Esto me hace pensar es todas esas cosas cotidianas que van muriendo: usar fósforos, escribir cartas, mandar telegramas, fabricar llaveros con cuerdas, recibir cartas que no sean facturas...
Un abrazo, Hilvanes...
Mesié Arroyo, zurekin luze egin behar dut berba. Luze eta lasai, zeren egiten dituzun soslaizko proposamen guztiekin urtea bete blog izan baitgenezake. Titulua, hortxe hortxe gaurko nonbaiteko zeure komentarioren batean aurki dezakegu, adibide gisa: «Kattalin, suak legerik ez» eta ez naiz azalean geratzen ari... Eta, bide batez Armairuarenaren itzulpenari ekiten has... ejem...
Ah, ma douce petite Selma, j'espère qu'un beau jour tu arriveras savoir jusqu'où je te remmercie tes paroles et, encore plus, le plaisir de avoir pu t'émouvoir et te troubler un petit peu...
Et, d'ailleurs, ce des cousines... c'est une vérité vraie.
Un gros, bisou.
Merci Joseba pour tes paroles et pour ta tendresse envers moi, aujourd'hui j'en avais besoin, bonne nuit, c'est tard!
Bisous!
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