En
el espacio que tu gato ocupa
hago
de todo mi odio buen empleo,
sólo
quiero matarlo si lo veo,
quitarlo
de tu mano me preocupa.
Su
estancia por tu entorno ya con lupa
celando
voy, y lo tengo por tan feo
que
odiándolo disfruto y me recreo.
¡Cuánta
envidia en mi corazón se agrupa!
No
aguanto esa mirada indiferente
que
acoge tu caricia todo el rato,
cual
si no lo tocaras ¡repelente!
Si
vuelve a interponerse, yo lo mato,
durmiendo
en tu regazo, intransigente.
No
hay remedio, mi amor, odio a tu gato...
*Este sonetillo publicose en 2007, pero sin el simpático y tierno dibujillo que, como se aprecia, lo redondea...