Paeres del corral que en verano
«El Circo de la Luna» en sus farolas
albergan un latir de tarentolas
abatiendo cualquier insecto enano,
dulces de tapia que juyen en vano:
jormigas, polillitas, ¡panzacolas!
no escaparán. El timón de sus colas
rige su saurio apetito inhumano...
Soy capaz de admirar estos dragones
cuando la noche ardiente se sosiega
con botijos, ginebras y melones...
Mas... dime, si con tanto afán se entrega
aguzando sus dos ojos saltones
¿por qué la llamas «lagartija ciega»?