Clavado en tu pereza
como una rosa de tu olvido...
Hay un saxo cabizbajo,
un río de tequila viejo
y un mostrador mancillado
por los puñetazos del vidrio,
los gusanos de la sal
y el llanto de mil limones...
Si no vas a morir
bebiendo a mi lado,
intenta no cantar
con ese susurro aletargado,
lleno de alfileres lentos,
cuando me veas sobrio...