Aquí,
como un crepúsculo de lirios
entre dulces violonchelos.
Tienes que saludar al día
(tú que albergas pájaros)
para que el reloj consista,
para que el hombre,
tibio aún,
te ofrezca el agasajo
de la mantequilla,
el injerto de besos y nocheterna
Todo es importante. Tú, sin duda, formas parte de mi historia y ahora te recuerdas a mi lado, borracho en un pueblito cerca de Lerma, Burg...