Hace dos semanas, hora arriba, hora abajo, tuve la peregrina ocurrencia de asistir a un espectáculo de exaltación regionalista (extremeña, claro, de por ahí venimos y a mucha h...). El plato fuerte era, nada menos, Pepe Extremadura, un tipo peculiar a quien en aquellos tiempos gloriosos pos dictadura (últimos 70, comienzo de los 80... para este burro que habla probablemente el espacio de tiempo de mayor jolgorio libertario que va a vivir este país en su historia) yo solía escuchar en cuantos conciertos ofrecía por las plazas de Bizkaia. No era Manuel Gerena ni Luis Pastor, ni mi admirado Pablo Guerrero pero tenía su aquél. Como artista invitado, en letra pequeña, aparecía Manolo Tena.
Nos preguntábamos todos si el tal Manolo sería el mismol que hace unos años cantaba lo de 'Sangre española', 'Tocar madera', etc... Y sí, lo era. La cosa es que, un poco por rememorar festivales populares ochenteros, un poco por ver en qué andaba el Tena, nos aventuramos. Me sabe mal decirlo pero... fue una pena, penita, pena.
Del Pepe rebelde y protestario de entonces ha quedado un hombre asentado en no sé que ruboroso poeta ripioso que ha musicado a Gabriel y Galán (decentemente) y que anda escribiendo un himno para acompañar la campaña de «Cáceres, capital cultural» del cual ofreció un adelanto. Después de oírlo, convinimos todos en que Córdoba puede ir tranquilamente preparándose para los fastos a poco que Sabina (contratado por la Califal) se ponga con ganas. Una lástima, adoro Cáceres y, sabiendo que la publicidad es tan importante en estas vainas creo que se merecía oto esfuerzo, pero... Y, como remate, acabó su actuación con una oda al bacalao en el más puro estilo bilbainada-Karaoke-'Los Chimberos'. Inenarrable...
Y entonces, salió Manolo Tena. Era, en teoría una colaboración al recital del ínclito Extremadura, pero decidió que no. Lo decidó la cerveza, claro, porque salió con una albarda que no era de las de aparear bestias, pero bestial. Sin voz (algo que sospechábamos), sin medida, sin sentido del ridículo, pero... entre tanto miasma, de súbito, se sentó en el suelo y cantó la canción que enlazo arriba. Un oasis en el desierto.
Y, ayer, Sebas (¡siempre Sebas en mi amparo!) va y me manda un correo con esta canción para que me anime en el catarrazo que me ha asolado esta semana. ¿Un azar? Quizá. pero me sirve para darle vueltas a esto de las casualidades casuales, el destino y blablabla y, también, para despedirme hasta el lunes, como poco, creo que últimamente les llevo saturados de cerezas y, como saben, no estamos siquiera en temporada....
Nos preguntábamos todos si el tal Manolo sería el mismol que hace unos años cantaba lo de 'Sangre española', 'Tocar madera', etc... Y sí, lo era. La cosa es que, un poco por rememorar festivales populares ochenteros, un poco por ver en qué andaba el Tena, nos aventuramos. Me sabe mal decirlo pero... fue una pena, penita, pena.
Del Pepe rebelde y protestario de entonces ha quedado un hombre asentado en no sé que ruboroso poeta ripioso que ha musicado a Gabriel y Galán (decentemente) y que anda escribiendo un himno para acompañar la campaña de «Cáceres, capital cultural» del cual ofreció un adelanto. Después de oírlo, convinimos todos en que Córdoba puede ir tranquilamente preparándose para los fastos a poco que Sabina (contratado por la Califal) se ponga con ganas. Una lástima, adoro Cáceres y, sabiendo que la publicidad es tan importante en estas vainas creo que se merecía oto esfuerzo, pero... Y, como remate, acabó su actuación con una oda al bacalao en el más puro estilo bilbainada-Karaoke-'Los Chimberos'. Inenarrable...
Y entonces, salió Manolo Tena. Era, en teoría una colaboración al recital del ínclito Extremadura, pero decidió que no. Lo decidó la cerveza, claro, porque salió con una albarda que no era de las de aparear bestias, pero bestial. Sin voz (algo que sospechábamos), sin medida, sin sentido del ridículo, pero... entre tanto miasma, de súbito, se sentó en el suelo y cantó la canción que enlazo arriba. Un oasis en el desierto.
Y, ayer, Sebas (¡siempre Sebas en mi amparo!) va y me manda un correo con esta canción para que me anime en el catarrazo que me ha asolado esta semana. ¿Un azar? Quizá. pero me sirve para darle vueltas a esto de las casualidades casuales, el destino y blablabla y, también, para despedirme hasta el lunes, como poco, creo que últimamente les llevo saturados de cerezas y, como saben, no estamos siquiera en temporada....
4 comentarios:
El azar... ya sabes, "caprichoso", como dijo el noi. A mi amigo Andrés (quién sabe dónde andará) le encantaba esa canción, vamos!, todas las de Tena, pero ésta era su favorita. ¿Has visto París-Tombuctú? Seguro que sí y que también reparaste en su maravillosa banda sonora que no iba "a ninguna parte".
Mientras disfruto con tu blog, voy a escuchar In-solito entero, que el combinado es mejor que comerte a bocaos una tableta de chocolate suizo.
Tápese y escriba.
Muchas gracias. Un beso.
Ya,ya sé que me voy a ir por las ramas, pero es que has mencionado a una de mis mayores debilidades. Te dejo con una canción suya, de la época en que iba a oírlo tocar en directo en una sala que había en los bajos de la recién levantada Torre de Valencia (sí, ésa, la que se cargó la perspectiva de la Puerta de Alcalá). Estaba loca por el que por entonces era un muchacho y ahora es quizá mi mejor amigo (sí es posible, sí). Aquí te la dejo. De todas formas, puesto que eres un experto, ¿podrías decirme dónde conseguir otra canción suya, la primera que yo le escuché y que era algo así como canción o canto de vendimia?. Recuerdo bien la letra aunque han pasado casi 40 años: "En el día de mañana va a vendimiar, dentro de dos semanas se casará. Dentro de dos semanas nos casaremos; para San Juan seguro que hijo tenemos. Para San Juan seguro tenemos hijo, que será campesino como yo he sido. Tu vente al campo a vendimiar, con el sol en la cara qué guapa estás".
(A ver si ahora voy a meter la pata, pero juraría que era de un jovencísimo Pablo Guerrero).
Si consiguieras localizarla me harías feliz.
Abrazos
Joseba, fabulosa la canción de este Manolo Tena en estado de gracia (y de desgarro).
Gracias.
(Por cierto, aquí en Berlín se comen unas cerezas deliciosas. Justo tengo un kilo en la nevera.)
Seguro que Andrés andará feliz en su viaje sintiendo cómo le traemos y le llevamos en estas memorias.
Freia, compañera, espero poder complacerte, e incluso sorprenderte. ;-)
Querida Mega, lía un hatillo y manda que las saboreemos. Y, si tienes nieve... manda también. O mejor: deja caer unas cuantas en la nieve y cuéntame lo que se te ocurra.
Besitos para todas...
Publicar un comentario