Ven a tumbar tu soledad
cerca de los sacos de trigo
mientras los trenes roban
silencios a la estepa...
Entra en el poema
con ese sigilo
de hija única pecadora.
Sal, Paulette,
de tu canción,
de tus pecas, tus batracios
y tus mariposas
y déjame tomar resuello
por una tarde.
Déjame saborear
esta victoria inalcanzable...
(E.L.Kasher-«À côté de la radio»)
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