Luego de una incomparable jornada fotográfica con «Los cigüeños», donde servidor ofició de humilde gurriato, voy recogiendo perlas de los artistas que se convocaron en la ruta de Magacela a Campanario. Una de ellas, es esta maravillosa captura de doña Manuela Muñoz a quien dedico verde soneto agradecido...
Aunque aquí nada es trampa ni es antojo
cualquier sueño es posible si se empeña
la suave mano de la cámara extremeña
extendiendo los milagros de su ojo.
No precisa la amapola ni su rojo
salpicón este verde de cermeña
para alfombrar el cielo que ya sueña
con regarle los trigos a su antojo.
¡Qué mejor monumento que este arco
que ofrece a un paso la campiña abierta!
¡Qué pintora mejor, qué mejor marco!
¿Fue alguna vez La Serena más cierta
que tras la línea de este umbral tan parco?
No, nadie puso al campo mejor puerta...
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