Anhela este camino ser vivido
y así mi pie, solícito, lo alienta,
el tibio sol de marzo no calienta
pero le muda el color con su latido.
La última luz desploma con sentido
su paleta: amarillo, cian, magenta...
trocando cada verde en trama lenta,
rescatando la ruta del olvido...
Crecen el asombro cerro tras cerro,
barranco tras barranco hasta la ermita,
panes y quesos y dientes de perro...
Escribe el campo, el corazón recita
su soneto en silencio, yo me aferro
al pulso que lo lleva a Piedraescrita...
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