Habían pasado décadas desde que se editó, pero cuando el emérito director me lo regaló hace ya más de un lustro, conservaba un aspecto aún inmaculado. Era el único que había guardado y, según me confesaría, lo había hecho porque era el único en que él había tomado parte activa con unos pocos dibujos a plumilla que mostraban una técnica tan aceptable que, sinceramente, no iban en absoluto con el aire de la publicación. Se trataba de un ejemplar del nº 0 de la revista que tantos momentos de gozo y de desasosiego (más o menos aceptado o deseado) me ha procurado desde que, aquella remota tarde de diciembre, acompañé a mi amigo Patxi al sanatorio para recoger a su tía y llevarla a casa por Navidad.
Como piloto de una experiencia que, a Dios gracias, se sostuvo durante años, este primer ejemplar era bastante menos grueso que los que le siguieron. Algunos de ellos, como el especial del décimo aniversario, donde el ínclito E.L. Kasher dejó su impronta con una pequeña joya escrita en prosa y que tituló «Sofía sufre filias», alcanzaron las 200 páginas.
Pero, aunque más magro, este primer avance ya albergaba delicias como las doce diferentes editoriales de saluta que habían escrito doce diferentes internos. Aquí les regalo una que firmaba Klaus Kalo, quien, según pude averiguar, pudo ser el responsable creador del título de la publicación. Título que mantuvo desde ese primer fascículo hasta su lamentable desaparición no hace mucho: ‘El asno en globo’.
Como piloto de una experiencia que, a Dios gracias, se sostuvo durante años, este primer ejemplar era bastante menos grueso que los que le siguieron. Algunos de ellos, como el especial del décimo aniversario, donde el ínclito E.L. Kasher dejó su impronta con una pequeña joya escrita en prosa y que tituló «Sofía sufre filias», alcanzaron las 200 páginas.
Pero, aunque más magro, este primer avance ya albergaba delicias como las doce diferentes editoriales de saluta que habían escrito doce diferentes internos. Aquí les regalo una que firmaba Klaus Kalo, quien, según pude averiguar, pudo ser el responsable creador del título de la publicación. Título que mantuvo desde ese primer fascículo hasta su lamentable desaparición no hace mucho: ‘El asno en globo’.
Nos hemos puesto guantes en los cascos. Nos hemos puesto cascos en las cabezas. Nos hemos puesto las cabezas en las manos y nos hemos puesto manos a la obra. Algunos se creen que han volado porque creen que su imaginación ha volado. Pero, claro, están bastante algimétridos (no han prohibido escribir "tarados, orates o locos"). Yo, que no me tengo por menos algimetreado, en mi soledad interminable de ruedo de aguas y canjilones, he soplado la azarosa flauta de un soneto que entrego a los encargados del Algimetriátrico a modo de saludo editorial. Es, ya verán, una hermosa burrada:
Haya razón mayor entendimiento
que esta gran sinrazón que me procura
verdad irracional que no me cura
y miento de verdad si no te miento.
Y toda la razón en un momento
se torna por mis sesos en locura
cuando sólo soy loco en la cordura:
el sueño es real, lo real invento.
No prestéis atención en demasía
a cuanto en estos versos os discurro
ni tengáis esto por filosofía.
¿Loco, cuerdo? perdonad si os aburro;
no se hizo miel para la boca mía,
para quien sólo es vuestro humilde burro...
que esta gran sinrazón que me procura
verdad irracional que no me cura
y miento de verdad si no te miento.
Y toda la razón en un momento
se torna por mis sesos en locura
cuando sólo soy loco en la cordura:
el sueño es real, lo real invento.
No prestéis atención en demasía
a cuanto en estos versos os discurro
ni tengáis esto por filosofía.
¿Loco, cuerdo? perdonad si os aburro;
no se hizo miel para la boca mía,
para quien sólo es vuestro humilde burro...
2 comentarios:
Como vas a aburrir Joseba? Bien al contrario! Precioso el poema dedicado a Mega en tu última Entrada!
Me desconcierta este cambio de look... Algún problema "Kafkaiano"?
Mila muxu Joseba.
¡Hola, Selmatxu!
Gracias por tu visita y ánimo con ese reposo 'pasajero'
Hemos recuperado el elefante una temporada con su simpática trompa azulada. Hasta que lo reclame su mimosísima novia burrita silvestre.
Petons i amunt!
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