Paseo del silencio, treinta y cinco
del bulevar del musgo y del helecho,
de la villa que el Ebro, con despecho
olvida en el cañón de un fuerte brinco....
Sendero del olvido, treinta y cinco,
del barrio del ayer y del deshecho,
del pueblo ya sin gloria que maltrecho
engulle la maleza con ahínco.
Hoy, la imparable hiedra tus blasones
tapiza escondiendo lo que ayer fuera
bello albergue de hidalgos corazones,
que sembraron la muerte que te espera
y en los que fueron fértiles balcones
nadie riega flores ya en Cortiguera...
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