6.
En la barra del bar
mentirá tu cara dos mentiras.
En una se confunden los doctores,
en la otra, tus ojos.
Esa barra alberga una esquina
donde sonrojar preludios
y partir la noche en dos verdades.
En una se confunden tus ojos,
en la otra, los doctores.
Seguirás bebiéndote mi ron
como asomándote a un brocal
donde puedes leer
que nunca busco la verdad
por miedo a encontrarla
en la mitad equivocada.
mentirá tu cara dos mentiras.
En una se confunden los doctores,
en la otra, tus ojos.
Esa barra alberga una esquina
donde sonrojar preludios
y partir la noche en dos verdades.
En una se confunden tus ojos,
en la otra, los doctores.
Seguirás bebiéndote mi ron
como asomándote a un brocal
donde puedes leer
que nunca busco la verdad
por miedo a encontrarla
en la mitad equivocada.
9.
Nadia corrió los velos,
me dejó llorando con sus ojos.
No era primavera
y no había encinas donde estampar la luna.
Nadia eligió su quinta muerte
para matarme en la Navidad,
nunca lo merecí más que entonces, cierto es.
En diciembre también hay golondrinas,
pero en otros cielos.
Yo no soy nadie cuando Nadia se hace de agua
y se esponja en esas esquinas.
No hay recuerdos importantes
aunque seas marinero,
aunque luzcas tatuadas estrellas de azufre,
aunque seas rudo en la soledad del viento.
No hay olvidos si Nadia existe
cerca de la muerte que inaugura.
Te prodigo, Nadia, en mi destino.
3 comentarios:
Qué bien vendría El desnudo de Nadia para el tercer número de DELIRIO.
Y hasta aquí puedo leer, que todavía no lo hemos hecho público.
Besos, Joseba, y gracias por tu aportación a la revista. Espero que te haya gustado.
Me ha encantado y, sinceramente, me ha hecho sentir orgulloso que aceptárais el relato y el dibujo. Gracias por ello y por la revista en sí, en un curro de auténtico recibo. Enhorabuena.
No hay olvidos si Nadia existe
cerca de la muerte que inaugura.
Bellos versos, Joseba
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