Todo lo que este
brusco cielo sabe
lo sabe
tercamente de memoria,
sabe que aquí y
ahora hay una noria
que impide que
jamás la tarde acabe.
Y aunque a la noche
el hecho menoscabe,
prolonga aquel
morado a mayor gloria
de este abril que en
la foto ya es historia
que no hay olvido
que fosa le cave.
Aunque ya el amarillo se desploma
con los besos de un
sol ya funerario,
se alza en violeta
paz una paloma
sobre un campo que
funde el necesario,
embriagador,
complementario aroma
de este infinito ocaso en Campanario.
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