lunes, 6 de octubre de 2008

Sebastián, Lucía

Es viejo, Sebas
pero vale.
Felicitats...


Lucía despierta con ese pálpito de las cosas buenas en el pecho. Despacio. Despierta palpando el hueco que la desespera a su izquierda. Su felicidad se borra desde la yema de los dedos que no le encuentran a su lado hasta los ojos que no quieren abrirse aún.
Lucía se ducha lamentando que el agua diluya ese rastro estremecido de la noche entre sus brazos. Se seca con la mirada perdida todavía en el sueño. Desayuna mirando el día que perfila las azoteas de enfrente, pero sin ver  el sol que se promete. Sin ver. Le habla al café de esta repentina soledad. Fuma con cierta mansedumbre su desencanto de hoy.
Lucía se viste el uniforme diario y el espejo le pinta la cama deshecha a su espalda, arrugada de caricias nuevas. Piensa en la vida de él tan cerca, tan lejos de la suya. Imagina su clandestino despertar, su huida silenciosa y se maldice por haberse dado el lujo de dormirse acariciando estrellas en su frente. Maldice haberse rendido al placer de sumirse en su último beso, de repetirlo como si sus labios fueran los mil espejos de un laberinto. «¿Por qué esperabas que se quedase si apenas le conoces?» le pregunta a la mujer que se arregla un lazo enfrente. 
Lucía toma los abalorios del día y baja a la calle temiendo que no vuelva a verlo, temiendo que la ciudad devore su sombra escapando a medio vestir en la alta madrugada, cerrando sin ruido la puerta, sin el mísero regalo de un susurrado adiós. Sin la oportunidad de un adiós. Sin la oportunidad de atar un amor que sólo ella siente que siente.
Lucía avanza en el tránsito diario de las aceras que bullen. La mañana le arrebata una lágrima helada en el semáforo. Se pliega en un escalofrío, mete las manos en los bolsillos de la chaqueta roja de perfecta secretaria y en sus dedos se enrosca un tosco trozo de papel. Hay un teléfono. Hay una posibilidad. Lo desenvuelve. Hay unas letras. No hay ningún adiós. Hay un estruendo de cláxones que no consiguen sacarle ni la sonrisa ni el ensueño cunado cruza, desprevenida y feliz, leyendo, leyendo, releyendo...




Es éste el mejor momento para inventarte.
Duermes con tus cuatro o cinco pájaros,
lejos, seguramente, de mí, ahí, al lado.
De la comisura alzada se te escapa la noche,
yo la entretengo despacio en el café
y en los versos que hallarás
camino del trabajo, en el bolso,
doblados dentro
del paquete de rubio.
¡Tras!
Ahora estamos juntos, sonríes, lo sé,
y sin remedio, cruzarás sin mirar
el semáforo de la avenida,
mientras interpretas este beso,
redoblando, lentamente,
esta cuartilla,
este poema,
estos labios,
todos de papel.

14 comentarios:

Freia dijo...

¡Ay Joseba!
Te aseguro que hoy, gracias a tu entrada, yo también he cruzado el semáforo sin mirar...
Un abrazo

Martine dijo...

Joseba, me suena a "Déja vu, déja lu..." Y me encanta... Este trozo de papel y el color de la tinta dibujando estos versos valen más que cualquier beso despierto...

Mila muxus!

Anónimo dijo...

«...Sólo ella siente que siente...»
Eso les suele pasar a las viejitas mustias y añorosas, que sólo experimentan sensaciones propias. Menos mal que se pueden topar con relatos como el tuyo. Un beso.
Errata

Joseba M. dijo...

Cuidado, querida Freia, no quisiera que, por mi culpa, se llevara usted un susto morrocotudo. Además... ¿cómo le iba usted a explicar al enojado conductor que casi la atropella que iba usted leyendo poesía?
Seguro, Selmatxu, que hasta ya había colgado este relato en algún otro sitio o aquí mismo otro día. Si supieras qué desastrosa mesa de relojero componen todos los escritos que almaceno en este trasto... Pero, mientras te encante...
Errata, nunca podré decir que es usted una viejita mustia y añorosa... bueno, añorosa... jajaja...
Les doy abrazos a todas, que ando con la trompa acatarrada y contagio mucho...

mammamia dijo...

PUES QUE SIGA TU TROMPA CONTAGIADA PARA QUE NOS CONTAGIE CON TUS PRECIOSOS RELATOS, QUE SUENAN COMO PROFUNDAS SEGUIRIYAS.
UN ABRAZO

mammamia dijo...

queria decir con tu trompa acatarrada

Anónimo dijo...

Lucia luze irudiztatu dut,
zerraldo, hilbero,
kale zabalean
luze irudikatu dut Lucia.

Irribarreka sumatu dut Herio,
maitale aparta, poeta bikaina,
Sebastian! Sebastian! esaka, barreka hauteman dut Herio.

Eta orduan Gotzonen ahotsa entzun dut barnean, zera ziostan:

Polita Josebaren ipuina baina beste kuku batek joko ziokeen Luciari aspaldiko esaera zaharrei jaramon egin balie, aixkidia!
Zuk eta biok jakin badakigu amodioak begiak itsu dituela eta oin zauliak Heriok. Zu non, zure herioa han dela... per secula seculorum

(In memoriam. Gaur Gotzon Garate hil da, bere lanak dirau).

María a rayas dijo...

¿pero no le pasa nada no? yo creo que recibe algún pítido y poco más pero no acaba con la cabeza en el suelo tipo los amantes del círculo polar...porque entonces soy capaz de asesinarte yo con mi propio coche inventado, hombrepordios...

no, ahora en serio, muy muy bonito Joseba, captas muy bien la nostalgia de la cama vacía por la mañana, la sensación de soledad, el desgarro...

y el final circular me encanta (siempre que ella no muera atropellada eh!!!)

un beso

Joseba M. dijo...

La trompa, querida mamma va mucho mejor. Creo que para el fin de semana (¡aleluya!) podrá ser usada sin peligro... Un abrazote.

Ah, mon chèri Arroyo, aspaldiko! Bai, jakin dut on Gotzon Garaterena, goian bego... seguru esamolde bitxi eta jatorrez josiko zidala komentarixua, azken finean euskalzale fina geneukan eibartar? jesuita, ezta?

Estése usted tranquila, adorable María, esquivó el atestado tráfico de la mañana, flotó por las aceras y consiguió, luego de aprenderse de memoria el poema, recitárselo al teléfono, antes del anochec...

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Las mujeres solemos ser así, nos cuesta entender la facilidad con que muchos hombres pueden convertir una relación íntima casual en justamente eso; una relación íntima casual. Creo que tu personaje cumplió el deseo de muchas en algún momento de nuestra vida....

Asi somos, ¡Qué se le va a hacer!

Joseba M. dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo con vos, che... Así son ustedes y así nos vienen gustando.
Sin embargo, yo creo que en este caso, y por una vez..., el tipo fue capaz de darle un empelloncito más a la relación para dejarla en «muy íntima» y borrarle el casual.
Además, y por suerte, ¡no era un novio vasco!
Muxu lau, bakalau!

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

No Joseba, no fué en la época del novio vasco, si hubiera sido él en vez de una nota en el bolsillo me hubiera seguido "paseando" por todos las tabernas de Euskadi por los siglos de los siglos...amén

Joseba M. dijo...

Así somos los novios vascos. ¡Qué se le va a hacer!
Ya lo decía el gran poeta popular CH. Imbero:
«De un bar,
de un bar a otro bar,
de otro bar a otro bar,
de tasssscaaaa
en tasssscaaaa...»

Isabel dijo...

"Sólo Lucía siente que siente" y en su sentir solitario se despieta de un sueño, de ese sueño de amor buscado y no encontrado. Excepto en esas pequeñas notas que ella misma escribe y reparte por sus bolsillos para encontrarlas de camino a un trabajo rutinario. Es la interpretación que me ha sugerido tu frase. Un micro muy bello y sugerente.

TARENTOLA MAURITANICA

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