Apenas tuve tiempo de despertarme y la pesadilla empezó a ser realidad. Apuré la ginebra que quedaba, necesitaba ese trago. La miré. Era tan hermosa... Belén no era como las demás, nunca lo había sido y yo la amaba como a nadie. La había amado desde el instituto. Pero tuvo que ofrecerme la maldita cocaína. ¿Por qué demonios, cuando la tomo, lo haré siempre como si lo hiciera dentro de un sueño? Y al despertar, la pesadilla de siempre: descuartizarla, guardarla en el arcón del sótano... Y lo peor, ¿de dónde sacar las fuerzas para comerse a la única mujer que realmente has amado? Porque uno será lo que sea, pero tirar, nunca tiro nada...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
TARENTOLA MAURITANICA
Paeres del corral que en verano «El Circo de la Luna» en sus farolas albergan un latir de tarentolas abatiendo cualquier insecto enano, dul...

-
El coronel Aureliano Buendía nunca olvidaría el día en que se encontró a la Maga de súbito convertida en una cucaracha. Yoknapatawpha era e...
-
« Mariano, esta tarde te espero en la sacristía a las siete. Sí, padre. Empieza la novena de María Auxiliadora y, si te portas bien, sabes ...
-
No hay tristeza posible, sigo atando nudos en los cordones. Ato nudos murmurando cómo eres incapaz de saber que tus palomas albergaron una r...
No hay comentarios:
Publicar un comentario