
Hay por ahí un cuento donde una curiosa flor motiva la aventura y la salvación de un pueblo, quizá de varios. Hay por aquí una flor que ha ido saliendo a trompicones y a golpes de azar inenarrables. No lo sé todavía, tal vez merezcan juntarse alguna madrugada en la misma página. Quizá sean el reclamo final para el regreso del último gran señor del pueblo Oyango. Empezaré a revolver en el caos de mis cajones, sé que aquellas letras no deben estar muy lejos...
2 comentarios:
Magnífico dibujo, espléndido. El mensaje... algo barroco, pero lo importante es que el sujeto receptor entienda su recado subliminar. Qué gran dibujo, oiga.
Aunque no tengo tu permiso para guardarme el dibujo, no dudo de tu generosidad.
Gracias.
Vibetta
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